El camino de vuelta by Christine Rimmer

autor:Christine Rimmer
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2007-04-30T22:00:00+00:00

Capítulo 11

Unos minutos después, Charlene oyó cómo él llamaba a la puerta con delicadeza. Nerviosa, se acercó a abrir descalza. Al abrir, allí lo encontró, elegantemente vestido con una camisa blanca, unos pantalones de vestir y unos mocasines… exactamente como el hombre que ella amaba, el hombre por el que había estado esperando, por el que había sufrido…

Durante mucho tiempo.

Se echó en sus brazos sin decir nada, sin protestar, sin dudar.

Con entusiasmo.

Ávidamente.

Levantó la boca y él posó sus labios con fuerza sobre los de ella.

Brand saboreó aquel primer beso, chupando con la lengua la abertura de la boca de ella que, gimiendo, se rindió y se abrió para él. Él la abrazó con fuerza mientras exploraba su boca con la lengua.

A Charlene se le derritieron las rodillas mientras le acariciaba la espalda… la cintura…

Tocar a aquel hombre era una sensación maravillosa.

Siempre lo había sido.

Aunque en aquel momento era… diferente.

No era más alto, pero… era más grande. Era más ancho de lo que lo había sido hacía diez años. Tenía los músculos más pronunciados.

Él levantó la boca solo un segundo y ella trató de volver a tomarla con ansia, dejando claro el hambre que sentía de él.

—¿Y Mia? —preguntó él, susurrando.

—Durmiendo —contestó ella, atrayendo la dorada cabeza de él hacia sí.

Brand no se resistió, sino que volvió a tomar los labios de ella, gimiendo profundamente. A ella no le supuso ningún problema. Él podía tener sus labios, podía tener todo, podía tenerla a ella entera.

Por lo menos aquella noche. Durante aquel momento…

Pero las alarmas comenzaron a sonar en su cabeza… aunque no muy alto. Sabía muy bien que no debería estar haciendo aquello.

Pero en aquel momento no le importaba. Besándola, él la introdujo en la casa, cerrando la puerta con el pie tras ellos.

Ella lo tenía agarrado por los hombros, pensando en la maravillosa sensación de tocar su suave piel. Era fuerte y cálido. Apretó sus caderas contra él para sentir cómo él la deseaba, para demostrarle cuánto deseaba ser suya.

De nuevo.

Después de tanto tiempo.

Demasiado tiempo.

Una eternidad.

De alguna manera el pasado estaba allí con ellos… pero no el triste y espantoso pasado de traición y pérdida. Uh, uh… Incluso antes de todo aquello había estado la época en la que Sissy había sido la niña más dulce de los alrededores, cuando ambas hermanas habían vivido con unos padres que las adoraban, cuando el hombre que tenía en sus brazos había sido un amable y dulce chico.

Un chico que la había adorado. Un chico que había dicho que no había nadie en el mundo como ella, un chico que le había hecho sentirse muy traviesa y muy bien al mismo tiempo.

Oh, el pasado…

El buen pasado, el amable y encantador pasado estaba rodeándoles en aquel mismo momento, colándosele en el corazón. Era la sangre de sus venas y las dulces lágrimas de felicidad que estaban llenando sus ojos…

Brand le tomó la cara y apartó sus labios de los de ella, abriendo los ojos y mostrando aquel maravilloso color avellana que ella nunca podría olvidar.

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